Contribuye a la salud visual, el mantenimiento de la piel y las mucosas, y el soporte del sistema inmune.
Al ser un éster, goza de mayor estabilidad frente a la oxidación y la luz, facilitando su uso en suplementos y alimentos.
Es imprescindible controlar la ingesta para evitar excesos que podrían resultar tóxicos, especialmente en mujeres embarazadas.